
Queridos lectores, hoy voy a invitarles a conocer el país en el que vivo. Se llama España y se caracteriza por tener una rica paella, unas entretenidas corridas de toros y un agradable clima. Es un país de ensueño donde mil y una cosa puede ocurrir, un lugar donde disfrutar de multitud de aventuras, como decía el eslogan de Fraga: España es diferente!
Cosas como sentar en el banquillo de los acusados a un juez por la sencilla razón de investigar los crímenes del franquismo, eso no se ve en cualquier lado eehh. Pero aquí no queda la cosa, ¿sabeís quiénes son los que acusan? El ultraderechista sindicato Manos Limpias y la Asociación Libertad e Identidad, los cuáles piden que se condene a Garzón a una inhabilitación de 20 años. Acusan al juez de vulnerar una ley de 1977 de amnistía a los crímenes de la Guerra Civil y la dictadura española. Lo que estamos viviendo en este país se puede definir como escandaloso. Para Amnistía Internacional los crímenes contra la humanidad no son amnistiables, no prescriben y el derecho internacional obliga a investigarlos.
El mundo al revés, por investigar la violencia a derechos humanos (como ya se realizó en otros muchos países) se sienta ante un tribunal al único juez que tuvo cojones de intentar devolver la dignidad a todas aquellas personas que aún quedan en muchas de las cunetas de este país.
Vivimos hoy más que nunca en un país de pandereta, la Justicia está dejando una imagen penosa, ridícula diría yo a nivel internacional. Una Justicia que no tuvo problema a la hora de juzgar a responsables de la dictadura argentina pero que cuando se trata de los nuestros dan carpetazo al asunto.
Mis últimas palabras de hoy van para los abogados de Atocha que murieron hace hoy 35 años. La causa: defendían la democracia. Los asesinos fueron "tres pistoleros nostálgicos de la dictadura franquista" que veían como la dictadura daba paso a un tiempo de reivindicaciones por un futuro mejor.